domingo, 29 de abril de 2018

Farewell and welcoming

There's something wrong in the world today 
And I don't know what it is. 
Aerosmith

Esta mañana Islandia lloraba. Un poco de mí quedaba en ella. Han sido unos días intensos y profundos. Momentos más íntimos y momentos de compartir, reflexiones, experiencias, historias de nuestros coles e historias personales. Está mañana, de camino al aeropuerto, cansado pero contento, fantaseaba: ¿Montarán Juan Noel y Silvia un blue lagoon en Ibiza? ¿Tendrá Daniela una alfombra en su clase desde la que trasformar el mundo y en la que poder estar descalzos sus alumnos? ¿Acabará Alberto de leer la normativa y al final le gustará tanto que escribirá la suya propia pero adaptada a sus alumnos en plan cómic o dibujos animados? ¿Iván conseguirá vuelos gratis para los canarios? ¿Darán una indemnización a Mónica por las horas compartidas con Alberto? ¿Habrá llegado Mathieu ya a su casa para poder abrir su correo corporativo? ¿Publicarán en formato memorias todas las maravillosas vivencias que tienen Pedro y Ana o harán un documental? ¿Seguirá Isabel pareciendo un entrañable dibujo animado o se le habrá puesto voz de mujer? ¿Tomará Carlos una excedencia para rodar su su ópera prima? ¿Robará Marion con su cámara nuevos momentos inolvidables? ¿Aprenderé a decir el sonido ce en lugar de decir ce? ¿Habrá menos ruido en Portugal? ¿Veré un partido Cádiz-Málaga en primera con Eduardo?¿Me estará esperando Antonio con una cerveza al llegar al aeropuerto de Málaga?

Hay quien dice que estoy en las nubes, para qué negar lo evidente, creo que quienes los dicen tienen razón, me entero de poco. Pero de una cosa sí me he dado cuenta estos días, y es que, estos nuevos compañeros de camino, están totalmente comprometidos con sus alumnos. Ha sido un regalo ver sus caras durante las visitas a los colegios, escucharlos preguntar para saber cómo llevarse lo mejor de los colegios de Islandia a su país, descubrirlos tomando notas o fotos en cada sala y escucharlos exponer (una y otra vez) las mismas ideas (Señal de que hemos visto valores parecidos de este sistema a pesar de visitar diferentes escuelas). Ahora, con la cabeza embotada y con muchas ideas que aterrizar, viene el día a día. Pero antes me gustaría despedirme, al menos decir un hasta luego. Para mí es más fácil con mis alumnos, con un abrazo, o con una mirada de cariño, una sonrisa... y si no me entienden me pasó la mano por el pelo y reímos juntos. Simplemente quería daros las gracias por vuestra calidez y cercanía. Ahora a cambiar el mundo, y como dice la canción, que mi mundo ya lo habéis cambiado. Yo antes era una persona tímida a la que le costaba mucho hablar inglés y ahora sigo siendo tímida y me sigue costando hablar inglés, bueno, pero vosotros los habéis intentado, y eso está muy bien. Estoy convencido de que vuestros alumnos son unos afortunados por teneros como maestros y maestras. Gracias, un inmenso abrazo. If you are happy I'm happy. Nos vemos en las redes.
Y ahora a casa. Cuantos más coles veo, más orgulloso me siento de compartir barco con mis compañeros del colegio obispo San Patricio. No podríais haceros una idea de cuánto me he acordado de vosotros y de cuántas veces al hablar estabais ahí, en mis ideas, en mis ilusiones, en lo que voy aprendiendo, en lo humano...
Cuando entré en San Patricio, conoceros, ver vuestro cariño, vuestra ilusión y profesionalidad, me hizo tener esperanza en la educación nuevamente. Cada año más que él anterior. Pero no os preocupéis he descansado y no, el miércoles cuando regrese al cole no empezaremos ninguna nueva revolución, calma, mantendremos el camino ya iniciado de darnos con locura a nuestros alumnos para que puedan crecer y transformar este mundo en un mundo más justo, más bello, más valioso por la huella que vais dejando en ellos y en mí. Os doy las gracias. Ahora por escrito, el próximo día en persona.
Tenemos en nuestras manos a los ciudadanos de la Nueva Europa, tenemos la oportunidad de tomar lo mejor de cada país y darle forma en nuestros alumnos. Desde nuestro pequeño rinconcito. Ojalá llegue el día en que las personas vuelvan a ser consideradas más valiosas que el dinero, ese día la Tierra será más feliz.
Me gustaría dar las gracias especialmente a mi mujer, por apoyarme en todo momento, por empujarme a seguir creciendo, por creer en mí y saber ver en mí más de los que soy, me transformas cada día.
Gracias a mis hijos motor de mi vida y mis luchas.
Y a Dios, porque aunque quisiera negarlo no podría, he probado la dulzura de su amor y lo veo en cada gesto, en cada palabra, en cada persona que pone en mi camino... Y esta semana ha estado muy presente, en los cercanos y en los lejanos.

viernes, 27 de abril de 2018

Cerca del cielo

Would you know my name
If I saw you in heaven?
Eric Clapton

Hoy me siento a escribir con una cerveza, y en la distancia acompaño a mi amigo Antonio y a su familia. Hay personas que nos hacen mejores, que nos hacen sentir con más intensidad porque se dan enteros y porque saben ver lo mejor de nosotros, nos lo dicen y nos impulsan. Este es mi amigo Antonio, Antoñito, el Gámez, y hoy no te puedo dar un abrazo y un beso, pero a Dios se lo pido para ti, que puedas sentir el Suyo, que va justo al alma y reconforta aunque uno no le vea sentido. Sabes que te quiero mucho aunque te lo diga poco. Eres uno de esos regalos que te da la vida, que Dios pone en tu camino. Podrías pasar por profe Islandés perfectamente: Das libertad a tus alumnos, quieres que sean felices en todo momento, esperas todo de ellos y, sin embargo, nunca los presionas (en todo caso les das un coscorrón pero porque ellos te lo piden, en cola de uno en uno, porque saben que tus coscorrones son puro amor). Hoy he visitado en Islandia el Golden Circle, era como estar en el cielo, siento no haberme dado cuenta porque te habría mandado una foto con tu madre, ahora que se acuerda de tu nombre y que vela por ti junto a tu hermana. Cuando salga la aurora boreal esta noche será la fiesta que han organizado en honor al nuevo ángel que hay en el cielo, te lo aseguro, lo sé porque mi padre es el que monta las mesas. Gracias por darnos el cielo aquí en la tierra. Un inmenso abrazo.





jueves, 26 de abril de 2018

Saemundarskóli: Instalaciones y algo más

"Sombra y Luz
Tierra y Mar
Me gusta la palabra LIBERTAD"
José Luis Perales


Última escuela que hemos visitado: Saemundarskóli. Nuestra experiencia va llegando a su fin. Ahora es el momento de ir aterrizando ideas, de compartirlas con los demás compañeros del curso y de la comunidad educativa... pero eso será a su momento, a la vuelta, de forma más directa, más personal. Todavía queda nuestro field project del Glolden Circle, dejarnos sorprender por la naturaleza de este país... un poco más. El colegio que visité hoy me recordó muchísimo a los que vi en Finlandia hace dos años. Un centro arquitectónicamente concebido para educar, para disfrutar aprendiendo. Nuevo y bien pensado. 



Pero educar es algo más que instalaciones. Después de tres visitas, muy diferentes, algunas coincidencias: Libertad, Trabajo en equipo, Positividad, Evaluación formativa, Educar para la vida, Ser Felices. Ah, y libertad. (¿Otra vez? Sí, y me quedo corto). Creo que es una de las señas de identidad de este pueblo, no presionar, dar tiempo, acompañar pacíficamente. En pueblo de Dios, Huelva, escuché que la verdadera Libertad, la libertad de los hijos de Dios, solo se puede descubrir desde la Libertad, no por imposición. La libertad aquí es el ambiente desde el que construyen. Libertad que llega a desconcertar a los que nos hemos educado en ambientes más estructurados, más rígidos a la hora de corregir, sistemas donde los responsables somos los adultos y tenemos que marcar bien la senda a los educandos... "El arbolito desde chiquitito"... pero ¿qué frutos están dando nuestros arbolitos?¿Son los que esperábamos, los deseados? Me encanta ver crecer a los niños a su ritmo, en un ambiente "aparentemente caótico" y, con unos profesores, "aparentemente al margen". Trabajo en equipo, todos a una pero cada uno desde su puesto, las mismas consignas, pero cada uno con su personalidad (porque aquí lo diferente es un valor). En positivo, marcando lo bueno que haces tres veces más que aquello que todavía no se ha conseguido. Y trasmitiendo esto mismo a los máximos responsables de la educación, los verdaderos protagonistas... los alumnos. Dándoles a conocer hacia dónde deben dirigirse en su crecimiento humano. Dándoles la brújula y el mapa, desde el principio, y lanzándoles a la aventura de SER. Y acompañarlos mientras se dejan, y esperarlos hasta que quieran caminar. Paz y Felicidad. Como diría mi abuelo: "no pelearse". Pues eso, sin pelearse, aquí no hay enemigo posible, los alumnos no está para hacer lo que el profesor quiere (ni por sabiduría ni por madurez) porque sería impuesto, y lo impuesto no perdura cuando desaparece el impositor. Perdura lo que arraiga dentro, lo que mueve al corazón. Educar para la vida, proveerlos de todas las herramientas que puedan necesitar, pero sin ponérselas en la mano, "ahí está, es tuya, cógela... si quieres". ¿Cuántas veces que nos preguntan qué queremos ser o qué queremos para nuestros hijos respondemos lo mismo? "SER FELICES", confieso que en mi caso, todas las veces. Y ¿qué quiero para mis alumnos, para mi sociedad? ¿No es acaso personas felices que sepan convivir con los demás en paz y armonía? Ser felices, entrenarlos desde ya, como si no vinieran de serie con la felicidad. La persona feliz camina y hasta corre, el triste mira la ventana y espera quieto, no quiere nada. El feliz sin embargo se quiere comer el mundo, tiene ilusión, va más allá... mientras lo dejan, y cuando cae... se levanta. Aquí, la escuela da la oportunidad de reengancharse cuando parecía que era tarde. Qué más da. Hoy es el mejor momento para empezar. Cuando se dan cuenta de su necesidad de aprender para ser, vuelven a ese lugar que le permitió crecer a su ritmo, en el que sus profesores valoraban cada paso dado y obviaban todo lo demás... y donde eran felices. Porque es el momento en el que entiende que ser felices conlleva evolución y crecimiento, y seguir aprendiendo.




Prefiero la Libertad.

Klettaskoli: Una escuela especial

"Ey, solo pienso en ti,
juntos de la mano
se les ve por el jardín
no puede haber nadie en este mundo más feliz"
Víctor Manuel

Ya hemos pasado el Ecuador de nuestra estancia en Reykiavic, qué poco nos queda, ahora que hasta me he bañado en las aguas termales y que no sé cómo he podido estar todos estos días sin haberlas probado, mañana repito. Lo diré de otra manera, ahora que soy más consciente de lo que queda, quiero aprovechar todavía más este tiempo: conocer maestros de otras escuelas y saber cómo trabajan, establecer alianzas (si es que se puede), sacar jugo a la ciudad (Ni una sola happy hour hasta ahora, con lo que yo era para la cerveza, se ve que voy para mayor), hablar en otro idioma, ver, ver, ver... estar atento a todo lo que ocurra en estos días.
Lo sabía antes de venir, al menos lo intuía, este sistema educativo no se puede extrapolar a nuestra realidad, así como ninguno otro. Los sistemas educativos responde a sus sociedades. Pero sí se pueden disfrutar sus fortalezas. Hoy me he enterado un poco mejor de cómo entienden y trabajan la educación especial. Yo diría que nuestros alumnos con necesidades educativas especiales son más visibles, creo que cada vez más los podemos encontrar haciendo una vida de calidad y lo más normalizada posible (a mí al menos me pasa, será porque mi hijo pequeño, ese regalo que nos cayó del cielo con Síndrome de Down, hace una vida totalmente igual que sus hermanos). Creo también que tenemos grandes profesionales que se entregan diariamente por ofrecerles lo mejor.

Klettaskóli es una de las dos escuelas de educación especial que hay en Reykiavic, (la otra es para alumnos con conducta disruptiva, a ella van los alumnos por el tiempo necesario que les permita desarrollar los aprendizajes necesarios para estar con sus iguales.) Klettaskóli es el centro que me ha tocado visitar y en el que he visto, escuchado y descubierto qué es aquí la educación especial. Pensar que todo el mundo aquí concibe la educación especial tal y como nos la han contado es utópico, pero muchos de los profesionales que allí conviven sí. Aquí, los padres pueden elegir si su hijo va a una escuela "regurarly" (La de todos los alumnos) o una especial (La que hay), los alumnos que asisten van 10 años, lo mismo que los de la regurarly (no se repite, esto es algo que algunos padres demandan, posiblemente con razón, pero el tema está en que lo normal es que los niños vayan al colegio esos 10 cursos y después 3 más en la secundaria; y eso mismo es para todos, para los alumnos con dis-tinta-capacidad también.) Podréis decir entonces que no se compensan las desigualdades, en esta escuela sí. La ratio viene a ser de 2:1 y los maestros tratan de estar al día y mejorar a cada momento para ofrecer la mejor educación posible a sus alumnos y promover en ellos aquellos aprendizajes que les hagan competentes, como a los niños de su edad. Cariño, cercanía, contacto, trabajo en equipo, planificación, auto-mejora, paciencia y bien hacer, herramientas que hemos visto dominar a los profes. Dominan su tarea, saben lo que puede dar cada lo alumno y cuál es el siguiente paso... y siempre felices, los alumnos y ellos. Pero no solo los maestros aquí, los alumnos, todos, son de todos. La tribu entera es la que educa.

Las familias algo distantes, porque los alumnos suelen venir en el autobús de línea, ellos solos. No hay un autobús que organice el colegio para traer a los alumnos desde las puertas de sus casas y luego volver a llevarlos. Hacen vida normal en este sentido. Y esa distancia se suple con horas extras a través de la red: facebook, youtube y envío de emails. Materiales para los alumnos... de todo tipo. No sabemos si pagados por los padres o la administración o ambos, pero había mucho y para cada niño el suyo. hecho a medida. Qué maravilla, poder ofrecer a cada uno lo que necesita. Toda Islandia habla de la diferencia: los monumentos, las casas, las decoraciones (hasta las llanuras dejadas por las lenguas de lava son diferente, tienen distintos tonos de musgo)... y va más allá del pensamiento, ser diferente es una realidad y ellos además lo celebran, son consciente de que ser diferente nos hace especiales. La tensión en las escuelas es poca o nada, como en el día a día, no les interesa la uniformidad silenciosa, sino el aprendizaje original de cada uno. Crecer es el día a día, avanzar en la escuela e ir pasando niveles de cualificación, para todo lo demás... educación especial (lo que necesite el alumno para avanzar en la escuela e ir pasando niveles de cualificación... lo dicho, único y especial como uno más, único y especial).

martes, 24 de abril de 2018

Primera visita: Breidagerdisskóli

"Debes amar la arcilla que va en tu mano"
Silvio Rodríguez

Primera visita, y en la entrada un cartel hecho por los alumnos, carta de presentación y declaración de intenciones para toda la comunidad educativa: Menntun, Samvinna, Vel LíÐan (Educación, colaboración, sentirse bien con uno mismo).


La educación, el aprendizaje, puede llegar a ser lo que queramos que sea... pero requiere que primero nos paremos, repito, paremos, para decidir hacia dónde queremos ir. Este país es asombrosamente tranquilo, relajado, no hay prisa si sabemos hacia dónde vamos. Saber a dónde queremos ir nos permite llegar, más que cualquier otra razón. Por mucho que corramos, definir bien el punto de llegada, la meta, la ruta, lo que necesitaremos para el camino, eso, nos hace llegar. Todo lo demás es merodear, deambular, caminar sin sentido. Parar. Esta gente camina a paso lento, sí, pero sabe a dónde va y con quiénes va. Han decidido disfrutar el camino. Se trata de un paseo, del mejor de los paseos, el crecimiento, el desarrollo de sus alumnos y de ellos mismos.



En este paseo por la educación, hacia la educación, son clave los compañeros de camino, la colaboración (no vamos solos, no se llega solos), así como es clave disfrutarlo, sentirse bien, porque es un camino único, y no tiene idas y vueltas, solo tiene ida (por mucho que queramos saberlo todo, por mucho que queramos acortar camino) una ida que puede ser lo que queramos que sea, desde una aventura fascinante que nos da vida a nosotros a quienes nos rodea, a una pesadilla recurrente hasta que decidamos reconocer la maravilla que va en cada uno de nosotros.

No hay repeticiones, solo hay ida, y a los de paso lento... a esos los acompañamos, porque es su camino, no podemos hacerlo por ellos, pero sí podemos conseguir que cada uno dé su siguiente paso. Paradójicamente no hay que llegar, hay que ir. La meta bien definida es caminar. Hay quien puede decir que esto es iluso, ingenuo, hasta conformista... entonces no lo han entendido y no merecen disfrutar este don que es la vocación. No nos toca recoger. En palabras del director, þorkell Daniel, "In the act of teaching, You are always giving something of yourself as a teacher".

Poner todos los recursos de la escuela (incluso los de fuera de ella) como las asignaturas, curriculum, nuevas tecnologías, instalaciones, nuevas metodologías y antiguas, aprendizaje cooperativo, metacognición, decoración de las paredes, familias, profesores, profesoras, maestros y maestras, demás personas que forman parte de la comunidad educativa... todos los recursos, al servicio de la construcción de la mejor de las personas que ya vive en el interior de cada uno de nuestros alumnos y de nosotros mismos. Crear identidad, generar valores y hacer competentes, todos juntos empujando en la misma dirección, con una mirada profunda, positiva y amorosa, "solo el amor engendra la maravilla, solo el amor convierte en milagro el barro".

De paseo por la normativa Islandesa

"Faro que alumbras al mundo por encima de la tempestad 
devuélveme la esperanza y que brille mi estrella 
pero no en soledad, oye mi voz, mi última oportunidad. 
Faro que alumbras al mundo alumbra mi vida"
Revolver

Iceland es una gran familia, de 300.000 habitantes, pero una gran familia. Esto les permite ajustar su proyecto curricular a unas circunstancias muy concretas. La personalización y mover todos los recursos disponibles para que los alumnos se puedan desarrollar, poniendo el acento en para qué son los aprendizajes:


Nos damos cuenta poco a poco de que las áreas por sí solas no responden a las necesidades de cada persona para construirse. Es necesario dar algunos giros de tuerca como puede ser poner las áreas al servicio de las competencias, y las competencias al servicio de los alumnos y la sociedad. Ya no vasta con se reciba conocimiento, si este no se aplica es conocimiento vacío, del que se olvida porque no interesa o porque no les resulta necesario. Y por otro lado, es fundamental que el aprendizaje llegue a todos, incluso a "nos lo que no saben o no quieren saber", estos más que nadie merecen y requieren nuestros esfuerzos como maestros (digo esfuerzos, no aplausos, aunque tampoco está mal que los reciban alguna vez, sobretodo porque el refuerzo positivo hace crecer más y más, y en la buena dirección). Nuestra tarea es vocacional, y un vocacional al estilo de los médicos o bomberos, con todo lo que somos y en todos momento, esto es, que estamos dispuestos a transformar nuestra vida para que otros puedan trasformar la suya porque nos ofreces como modelo desde la humildad y nuestra pequeñez, pero modelos al fin y al cabo en el que puedan mirarse alumnos, familias y compañeros.
Una de las diapositivas con las que ha empezado la charla decía:
I know, I'm all for people following their dreams
Just re-remember life is more than fitting in your jeans
It's love and understandig positivity

You know the future's in the hands of you and me.


A veces, lo que tenemos delante nos impide ver más allá, nos impide ver que el faro está ahí, dándonos su luz. Nos toca ser faro que ilumina, y si no, al menos carteles que indican dónde está el faro para que otros puedan verlo, el futuro está en nuestras manos.

lunes, 23 de abril de 2018

Despacito

"Quiero bailar un slow with you tonight"
Aute

Ya estoy en Reykjavik. Llegué esta mañana después de una paliza grande durante toda la noche y dos horas más, las que separan los usos horarios de Islandia con España. Han ocurrido muchas cosas en este tiempo. Iré por partes: aeropuertos, comida, alojamiento, paseo, curso y gente.

Tres aeropuertos en una noche. Cada uno diferente:
  • El de Málaga, funciona por colas, 6 hice hasta sentarme en mi asiento: facturación, control de seguridad, aduana, cola en puerta de embarque (Aquí cuenta doble, porque cuando llevamos casi una hora en fila cambiaron la puerta de embarque a la de al lado) y cola en el pasillo para entrar al avión. 
  • En Londres Luton, alucinante. A penas hice colas, eso sí, los trabajadores no paran, es casi un 24/7. El aeropuerto daba "miedo", desde que aterricé de Málaga hasta que entré a la zona para embarcar, todas las paredes y sillas estaban ocupadas de gente. El suelo estaba repleto de gente tirada con sus bultos, durmiendo, no había donde ponerse para descansar. Eso sí, en cuanto abrieron facturación, cada uno, autónomamente a facturar, a buscar la puerta de embarque y hasta auto-reconocerse en la aduana (Ni policía ni ná, se pone el pasaporte en un lector y pa' lante). Y otra cosa que me impresionó fue, en la zona de los restaurante y duty free, gente comiendo y esperando que en las pantallas salieran los vuelos... y anda que avisan rápido, como mucho tres cuartos de hora antes de salir, teniendo en cuenta que media hora antes cierran el embarque... pues, cada cinco minutos, vorágine de gente buscando su puerta, qué barbaridad, qué carreras, qué agobio... intenté cruzar un par de veces por el pasillo y era casi imposible por la cantidad de personas que iban y venían.
  • El de Keflavic. Qué paz, ni un ruido, todo es calma, hasta cuando hay mucha gente.
La comida...cara. No hay más. Me va a tocar cocinar todo lo que pueda. Estoy buscando en internet alguien que sugiera lugares para comer sin morir en el intento. Saber no sé a qué sabe, aún, pero tiene un olor tan bueno!!!!!!


El alojamiento. Hasta las dos no podía entrar, y como le había ganado dos horas al reloj... pues se iba a hacer muy largo. Solución, dejar la maleta en un hotel custodiada y a recorrer la ciudad hasta que pudiera tener acceso al apartamento. Eso hice, pasear, pasear, pasear y disfrutar del pueblo Islandés. La sensación, después de todo el día caminando, es como si nada estuviera repetido en Reykjavic: Ninguna fachada de casa es igual, ni los edificio, ni siquiera las alcantarillas. Todo aquí es único y habla de lo especial que se es ser único.

Paseo, paseo, paseo. Y durante el paseo a sacar fotos, ya sea para explicar luego todo lo vivido a los demás compañeros del claustro, o para ir pensando qué actividad les vienen mejor para trabajar con los alumnos y los tiene motivados.

El curso. Sin caras conocidas salvo el profesor. 19 nacionalidades y 111 participantes. Lo mejor, actividades que nos lleven a relacionarnos entre nosotros y a compartir experiencias. Lo peor, que mucha gente va en pareja o grupo desde el mismo lugar y colegio. Esto podría dificultar que nos relacionemos, pero esto acaba de empezar, seguro que nos irá muy bien.

La gente. Me quedo con el trayecto en autobús hasta el hotel. La gente aquí parece que está deseando que llegue la hora feliz para poder beber a mitad de precio. Quitando eso, que tampoco es ta malo, he alucinado con el chófer. A mis compis del cole se lo decía en el whatsapp, despacio no, lo siguiente. A 60 km/h por la autovía... pero todos, todos, no solo el chófer de nuestro autobús. Después nos montaron en unos microbuses que nos llegan a cada uno a la parada más cerca de nuestro hotel al ser más pequeños y poder recorrer casi todas las calles. El caso es que no entendí a mi chófer cuando dijo el nombre de mi hotel. Tres paradas después y gracias a mi móvil con google maps me di cuenta del error, pero tarde, y al ser la última parada me bajo, pero le comento al conductor lo que me ha pasado. Ya con todo fuera del autobús, se me acerca el chófer y entonces me dice que si quiero que él me lleve (de nuevo) a mi parada, aún habiendo acabado su trayecto. 

Pues eso, quiero bailar un slow with you tonigth. Vivir con la suficiente calma como para descubrir lo que es bueno y hacerlo crecer.

jueves, 19 de abril de 2018

Preparando la maleta

"Ya me voy
rumbo al norte"
Maná

En menos de 48 horas estaré en el aeropuerto listo para volar rumbo al norte. Es el momento de preparar la maleta, espero no dejarme nada importante.
Me llevo mucha ilusión, la de seguir aprendiendo; me llevo curiosidad por encontrar respuestas a cómo seguir creciendo y mejorar nuestra escuela; me llevo a mi cole, especialmente a mis alumnos y maestros, quiero ver para contarles, para compartir sueños y visiones; me llevo mis miedos, inquietudes y nerviosismos, ya me ocurrió en la formación en Finlandia, el hombre mayor que vive en mí retiene al aventurero, y claro, los años van pasando y el viejo va tomando más espacio, para lo bueno y también para lo no tan bueno; me llevo esperanza, la que me da ver cómo vamos creciendo, pero también la que me empuja a ir más allá, a no conformarme porque sé que hay más; me llevo sensatez, no hay fórmulas mágicas ni necesidad de ellas, hace falta trabajo, reflexión en la tarea, toma de conciencia de cuánto nos queda, pero también de cuántas herramientas tenemos que nos hacen capaces; me llevo mi inglés, no digo que sea de los montes, pero sí justo para entender y ser entendido; me llevo a mí familia, aunque solo sea en pensamiento, me hubiera gustado poder compartir esta experiencia con ellos allí, y no dejarlos aquí, solos; esto me recuerda que me llevo mi soledad, estar conmigo mismo, por una semana, parar del día a día y reencontrarme, aunque luego resulte que haya poco tiempo por la intensidad del programa, pero yo lo echo en la maleta por si tengo tiempo; y me lleva Dios, a Este no lo metí yo en la maleta, Este me metió Él en su saco, porque quiso, porque me quiso.

sábado, 14 de abril de 2018

Primeros pasos


Imagine all the people
y habrá que responder 
que sí será posible.
         Pedro Guerra.

Una nueva aventura formativa. Esta vez la vida me lleva a las Tierras del Hielo, Iceland, Islandia. Desde el colegio Obispo San Patricio, gracias a un proyecto Erasmus+ de movilidades del profesorado, y especialmente a nuestra coordinadora, empeñada en sacar adelante esta formación que tanto bien nos está aportando, nos preparamos para conocer cómo es el sistema educativo Islandés y cómo son sus escuelas. Durante una semana nos sumergiremos en su cultura y podremos saber de primera mano cuáles son sus fortalezas y debilidades, y podremos también cargar nuestra maleta con ideas, ilusiones y aprendizajes. O eso espero. Dios dirá.
En el colegio Obispo San Patricio llevamos un tiempo dando pasos hacia una escuela que mejora cada día, al menos, pasos hacia una escuela que se reta y cuestiona a cada momento. Cada circunstancia es una nueva oportunidad de la que aprender y crecer, una nueva ocasión que nos permita caminar hacia un tipo de educación que logre que todos los miembros de su comunidad puedan llegar a ser la mejor versión posible de ellos mismos. Una versión de ellos mismos que invite al prójimo a seguir creciendo, y juntos, sin dejar a nadie de lado. Las dificultades están, es raro el día que no tenemos dificultades o tropiezos, pero también es raro el día que no nos levantamos. Nos gusta nuestra tarea y nos apasiona vislumbrar hacia dónde vamos. Más rápido o más lento, nos merece la pena seguir apuntando a lo más alto. Soñamos con una escuela que pone su grano en la construcción de eso otro mundo posible, ese mundo que vive en la sonrisa de un niño, en el amor de una madre, en el abrazo sentido y en la mano que sostiene. Ese mundo en el que todas las personas podamos vivir en paz, en el que todos tengamos las necesidades cubiertas para desarrollar una vida digna, en el que podamos ser felices haciendo aquello que más nos gusta y mejor se nos da. Y aquí está nuestro grano: crecer, crecer, crecer... para que otros crezcan y den frutos a treinta, sesenta y a ciento por uno. Y habrá que responder que sí será posible.
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Crecer