miércoles, 27 de enero de 2010

Vida Feliz para los niños

     Esta mañana hemos terminado una tarea para celebrar el día de la paz en el cole de mi hijo. Los alumnos tenían que escribir en una paloma, con la ayuda de sus padres, un mensaje de paz que quisieran compartir. Mi mujer y yo no teníamos claro qué poner, bien porque no se nos ocurría o bien por no caer en ñoñerías varias, vacías y ausentes de contacto con la realidad. Pero a mi hijo no le ha costado nada (Lógico, con sus recién cumplidos cuatro años, construir la paz está chupado y además sus acciones y sus planteamiento están perfectamente ligados a sus realidad más próxima... un máquina... de hacer el bien y de darnos cariño). Nos dijo que quería poner en la paloma que los niños tuvieran papás. ¡Que los niños tengan papás! Sí, y casa y comida y ropa y juguetes... para que sean felices.
      Me encanta, sin saberlo, de alguna manera es consciente de que la felicidad empieza en el cariño recibido, en que es fundamental que los padres no ejerzamos solo biológicamente sino profesionalmente. Entiende que los niños y las niñas necesitan a sus papás y mamás para ser felices, para que haya paz, porque no puede haber paz ajena a los sentimientos de protección, confianza, respeto, cariño, apoyo, comprensión... Que los niños tengan papás que les aporten seguridad y a la vez les ofrezcan andamios firmes sobre los que construirseue hacen que su felicidad recomience con el milagro de la vida hecha hijo. Sí y después la casa, la comida, la ropa y los juguetes. Pero primero, primero y primero: ellos, aunque la sociedad de consumo y bienestar nos indique lo contrario; ellos, aunque nos empeñemos en vivir paralelamente para creer ser felices; ellos el centro, aunque no se puedan hacer las mismas cosas... es que ya no quiero hacer las mismas cosas, si no son ellos lo primero nuestro mundo se acaba. Quizá no sea mañana pero seguro: si no son ellos lo primero quedará un poco menos construido por la parte que nos toca.
      Otro día hablaré de cómo reprenderles, porque todo no son alegrías, pero me parece tan importante lo que ha descubierto mi hijo, que no pienso que sea justo mezclarlo con tonterías. Al final, resumimos su mensaje en: VIDA FELIZ PARA LOS NIÑOS, y es que la paloma era pequeña y lo tenía que escribir él.  Vida feliz, vida digna para todos los niños y niñas... ¡que tengan papás y mamás!... y todo lo demás. Pero que tengan papás y mamás.