sábado, 20 de mayo de 2023

Ángeles Extraordinarios

 No somos ángeles
no nos caímos del cielo
La gente que busca el amor verdadero
Laura Paussini

Hoy traigo un dos por uno. Llevo casi un año sin escribir nada y sin embargo ha sido un año repleto de vivencias transformadoras. Ha sido un año de travesía por el desierto de la interioridad mientras me daba la sensación de que deambulaba por el mundo real. Este año no he sido todo lo buen líder que me hubiera gustado ser y sin embargo la vida me ha regalado ángeles que han compartido conmigo sus victorias como si fueran nuestras cuando Dios sabe que han sido ellos los que se han entregado en cuerpo y alma para alcanzarlas.

Decía que traigo un dos por uno, porque es un agradecimiento a mis ángeles que me rodean por arriba y por abajo. 

Mis Ángeles, con mayúscula, porque tienen nombre y son de carne y hueso, no se han caído del cielo... Pero tienen alas. Cuidan, protegen, enseñan, acompañan, emocionan... y comparten humildemente cientos de detalles cada día. Los hay que me llegan a la cintura y los que me sacan una cabeza. Los hay que ni siquiera saben que son Ángeles para mí, con sus caritas sonrientes llegando a clase. Muchos de ellos hacen equipo, han descubierto que así llegan más lejos, juntos o juntas. Pero también los hay que son más independientes y prefieren ir un poco más rápido, más por libre, estos corren el riesgo de olvidar que no están solos. Porque no están solos, cada uno mis Ángeles está atento a los demás, a los mayores y especialmente a los pequeños, siempre a los más pequeños. Y es que son capaces de dejarlo todo por cada uno de ellos. Por los de dentro y los de fuera, los de cole y los de casa, y hasta los de la calle. 

Sonríen, abrazan y dan los buenos días de verdad, te buscan con la mirada y si te encuentran saben que todo va bien. 

No importa la carga que llevan, vuelan y nos hacen volar, pero sobre todo hacen volar quienes tienen cerca, a sus familias, a sus alumnos y a sus compañeros, porque creen en ellos, ven a veces más allá de la realidad y muestran ese otro mundo posible a cada paso, a cada decisión que toman, a cada clase que dan.

Muestran con orgullo los logros de sus alumnos porque saben que es reforzando lo positivo que se crece más y mejor, y dejan el castigar y regañar para otro momento porque son Ángeles, Ángeles que transforman dando ejemplo y haciendo reflexionar.

La ley que llevan grabada a fuego en el corazón es "que no se pierda ninguno" y se lo repiten cada jornada. ¡Padre, que no se pierda ninguno! Pero no son infalibles. Ojalá. Pero no. Y son los primeros que sufren cuando no llegan a tiempo o simplemente no dieron con la tecla. Son tantos a los que atienden que hay veces que parecen legión, pero no son más que Ángeles viviendo su sueño en la tierra que a ratos choca con una realidad contra la que no se cansan de luchar porque tienen esperanza... y confianza en que el que los escogió no los dejará solos.

Y estaba preparando un curso para jefes de estudio sobre el liderazgo, cuando me reencontré con una canción de Maldita Nerea, Extraordinario. Y pensé "esta canción pone todo lo que tiene que ser un jefe de estudios" (Ve muy claro a donde va...), y me fijé mejor y me dije "está hablando de mi director" (Capitán general de los sueños que no se detienen, hace lo que dice, es un ser diferente y especial...) y doy las gracias a Dios por ponerlo ahí. Y entonces me doy cuenta de que para nosotros hay Alguien aún más Extraordinario. El que pensó en nosotros con nuestras incapacidades, el que nos eligió y nos acompaña desde mucho antes de nacer, el que está por encima de nosotros, para el que no hay error posible si Él está cerca, al que tenemos la suerte de haber podido encontrar un día en nuestra vida porque así lo quiso. Ese que ahora somos capaces de ver especialmente en los más capaces del mundo, en los que con su amor lo hacen todo nuevo y algunos hemos tenido la suerte de haberlos acogido en casa. Son esos otros Ángeles que transforman nuestra vida.

Todo esto no es más que para dar gracias. Va por ellos, por aquellos con los que comparto ilusiones, esperanzas, penas, dificultades, vocación, reflexiones, aprendizajes, caídas y nuevos comienzos...  y a los que muchas veces se me olvida decirles lo maravillosos que son, lo maravillosas que son.

Envía a tus Ángeles, cuando nos falten las fuerzas, cuando creamos que no podemos más, cuando pensemos que ya no hay nada que hacer... Padre, envía a tus Ángeles.

Un Charlie más.

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