sábado, 2 de diciembre de 2023

El docente

¿Qué mas quieres que alumbrar?
¿Qué más quieres que dar vida?
¿Qué más quieres que crear algo 
que en ti está como semilla?

Brotes de Olivo


Anoche soñé que estaba hablando a una clase sobre el aprendizaje y sobre los tipos de profesores que tenemos (en España y supongo que fuera también). Recuerdo que en un momento me encendí y solté un taco delante de los alumnos y mi director que estaba detrás de mí me decía "Francisco!?" con tono de "ten cuidado, no todo vale". Pero de pronto los alumnos se empezaron a interesar por la conversación, colocándose mejor en sus asistentes, más erguidos y apoyados en sus respaldos.

Escribí en la pizarra de mis sueños la palabra "Esdrújula" y les empecé a contar que hay distintos tipos de profesores.

Están los que no te dicen dónde va el acento ni las reglas de acentuación porque os dicen que ya sois capaces de averiguarlo.
Los que escriben la palabra y tú debes copiar exactamente lo que han escrito. Los hay incluso que te cogen la mano y te guían el trazo.
Hay los que da igual cómo escribas la palabra que ellos "nunca" la verán perfecta, te pueden llegar a decir que la tilde no se ve, que has tardado mucho, que esa letra tienes que mejorarla...
Los hay que piensan que los alumnos se lo tienen que pasar bien y que es lo único que importa, y cantan, bailan, se disfrazan para que te fijes en la palabra que tienes que aprender.
Los hay que les da igual lo que escribas, literalmente, no es su asunto.
Los hay también de los que todo les vale. Da igual lo que hayas hecho que es buenísimo tal como lo hayas hecho.
Los hay que te dicen bien y mal según cómo esté tu palabra, y de estos a los que puntúan todo lo que haces hay un paso, todo son notas. 
Los hay que se desquician con cada error como si fuera falta suya y los hay que hacen saber al alumnado que es falta de ellos, falta de responsabilidad, de atención, de esfuerzo, o incluso de la familia en que ha nacido.
Los hay con muchos años de experiencia y los hay con pocos años, pero ambos centrados en enseñar todo lo que saben, te explican el acento, la tilde, el tipo de palabra, la caligrafía, la direccionalidad...
Todos ellos son profesores, y cada uno de ellos hace bien a algunos tipos de alumnos, porque somos diferentes, y las puertas de acceso al aprendizaje son diversas. 

Pero en la escuela necesitamos Maestros y Maestras.  Docentes con maestría. "Y tú ¿quién dirías que son?" Son aquellos y aquellas que abren la puerta para que todos los alumnos puedan aprender más. "Y eso ¿Cómo se hace?"... Preguntando. 

Al alumno que no colocó bien su tilde en la palabra Esdrújula o tuvo errores ortográficos: ¿Lo has comprobado?¿Qué tipo de palabra es?¿Dónde lleva la tilde una palabra esdrújula?¿Dónde podrías buscar la respuesta correcta?¿Lo has comparado con algún compañero?..

Y al que trae la respuesta correcta: ¿Cómo sabes que está bien escrito?¿Por qué has puesto la tilde en ese lugar?¿Qué pasa palabras conoces que le ocurre lo mismo?¿Cómo explicarías lo que has hecho?¿Qué has aprendido hoy?

Ambos tipos de alumnos salen de este encuentro con sus maestros motivados, sabiendo qué deben hacer, cómo y las herramientas necesarias y con un modelo de ser humano, su maestro, su maestra. No vale solo hacer preguntas, el cómo se hacen es igual de importante. El amor es fundamental en el acto de educar. Las preguntas surgen del cariño y de las expectativas de éxito que los maestros tienen depositadas en sus alumnos. 

Porque eso hacen los docentes con Maestría, invitan a volar, a crecer, a ser hoy un poco mejor que ayer, a saber algo más y a saber utilizarlo, a ser competente, a creer en sus posibilidades, a ser mejor persona cada día y a ser mejor grupo de alumnos cada día, más integrado, más unido, comprendiendo y aceptando las diferencias como una oportunidad para construirse y construirnos... 

Y la Maestría Suma sería cuando están en constante formación y aprendizaje, y además hacen mejores a sus compañeros trabajando en equipo, humildemente, como con los alumnos, compartiendo estilos, ideas, aciertos y errores, dificultades, pero sobre todo logros y además celebran cada día su vocación y el aprendizaje de sus alumnos. Estos son esenciales.